Cuando un teórico del capitalismo postmoderno tan reputado como Castells coincide no sólo con propuestas fundacionales del Partido Humanista –como la de responsabilidad política– sino que deja caer que esta crisis económica está siendo gestionada por el Gran Capital para quedarse con absolutamente todo –tal como anticipara hace 20 años el Documento Humanista– vale la pena dedicarle unos minutos, como para ir entendiendo cabalmente que esta infamia económica contra la gente es parte de una gran operación de control orquestada por la oligarquía mundial. [crhe]
Por Manuel Castells | LaVanguardia | Observatorio Global, julio 14, 2012
Sociólogo español (1949), catedrático en la Universidad de California de Berkeley y en la Universitat Oberta de Catalunya, es el académico más citado del mundo en tecnologías de la información y comunicación. Su investigación relaciona la evolución económica y las transformaciones políticas, sociales y culturales en el marco de una teoría integral de la información, plasmada en sus obras El Estado en Red y La Era de la Información.
Ya es oficial: la economía española ha sido intervenida bajo la tutela de la Comisión Europea, el BCE y el FMI. Y aunque los eufemismos terminológicos de un gobierno falaz intenten suavizar la imagen, las 32 condiciones del memorándum aceptado por el Gobierno a cambio del rescate financiero no dejan lugar a duda. Era necesario. Buena parte del sistema financiero está quebrado o en peligro, exceptuando por ahora Caixa Bank, Santander y BBVA. Incluso en estos hay activos inmobiliarios hoy fuera de mercado. Es necesario un "banco malo", una entidad gestora de activos devaluados que sólo pueden reflotarse a largo plazo. Entidad financiada con fondos externos para no agravar la situación de los bancos o del FROB cuyos recursos son insuficientes para enfrentarse a la insolvencia potencial del sistema. Como todo esto lleva tiempo (ni siquiera existe aún el MEDE , futuro gestor de los fondos europeos de estabilización) y la situación es insostenible, se inyectarán 30.000 millones de inmediato en el sistema bancario para evitar el colapso de las cajas nacionalizadas y el pánico que podría cundir cuando la gente sepa que el Fondo de Garantías de Depósitos apenas cuenta ya con recursos para cubrir los depósitos en caso de quiebra generalizada. A cambio de este rescate, Europa impone una política macroeconómica y presupuestaria de extrema austeridad. Y retira el control del Banco de España al Gobierno, con lo que nuestro banco central se convierte en el gestor de la supervisión europea de nuestro sistema financiero. Esa es la consecuencia de la gestión irresponsable y prepotente de Fernández Ordóñez, que ninguneó en su momento las airadas objeciones de los competentes inspectores del Banco de España. Si se imputa a Rato, con razón, con mucha más razón debería imputarse a quien le permitió a él y a otros muchos prácticas presuntamente fraudulentas que eran comentadas entre expertos europeos y denegadas tozudamente por el exgobernador y sus jefes ( ¿recuerda la proclama de Zapatero en Nueva York vanagloriándose de que los bancos españoles estaban entre los más solventes del mundo?)
Mentiras, incompetencia, arrogancia y, a veces, estafa han caracterizado una gestión privada y una supervisión pública que han llevado a la bancarrota. Nada de crisis estructural del capitalismo (que también la hay, pero por otras vías), sino falta de transparencia en el sistema financiero y déficit democrático en la política. Por eso no es necesariamente negativa la intervención. Parecen más fiables los interventores que los intervenidos desde el punto de vista profesional y de responsabilidad. El problema de una intervención externa en términos tecnocráticos es que ni conoce ni le interesa la realidad del país, desequilibra el Estado autonómico y desestabiliza la sociedad. Por eso la crisis no se contiene, al contrario, ahora empieza en serio.
¿Por qué los mercados siguen incrementando la prima de riesgo y el interés de la deuda pública situándolos a niveles insostenibles ¿Por qué la bolsa sigue cayendo? ¿Por qué el euro se devalúa frente al dólar a pesar de la debilidad de la economía estadounidense?
Porque los inversores saben que sin crecimiento no se podrá pagar la deuda pública y privada española o italiana o de tantos otros países y que, por tanto, en algún momento habrá que aceptar una quita masiva de la deuda en la que bancos y gobiernos se destrozarán para saber quién paga. Y como el gasto público es lo único que puede reactivar a corto plazo la economía, dando tiempo a los factores creadores de futuro (emprendiduría, innovación y exportación) para inducir la salida de la crisis, por ahora la contracción de la demanda en la eurozona reduce drásticamente el negocio, desvía la inversión hacia otras latitudes y hace dudar de la recuperación económica.
El escepticismo de los mercados refleja la desconfianza con respecto a las instituciones políticas, europeas y nacionales, carentes de una estrategia común, opacas entre ellas y alejadas de sus ciudadanos. Estamos en un mundo en que nadie confía en nadie, ni los bancos entre ellos, ni las empresas en los gobiernos, ni los gobiernos entre ellos, y mucho menos los ciudadanos en sus representantes y los clientes en sus bancos. Se ha destruido la confianza, que es la base de un mercado dinámico y de una democracia estable. Es el sálvese quien pueda. Y por eso cuando se piden sacrificios suena a manipulación cínica. ¿Cómo viven los políticos y cómo viven los financieros en este momento mientras se piden sacrificios al pueblo? ¿En función de que se acepta el sacrificio, sobre todo cuando cualquier propuesta alternativa se acalla con rodillo parlamentario y cualquier protesta de disuelve a porrazos?
La inestabilidad institucional, social y política en la que desemboca necesariamente la intervención económica sin correctivos sociales no permite pensar en una estrategia de largo plazo para reconstruir la economía sobre bases socialmente sostenibles. La supervivencia día a día se va agotando mientras las familias se comen sus ahorros, los bancos retienen sus créditos y los políticos, casi todos compinchados, se apropian un poder que se suponía delegado y cierran puertas a la ciudadanía.
Aún hay algo más. Hay indicios de una gigantesca especulación de enormes masas de capital apostando contra el euro y preparándose a comprar a precio de saldo empresas, bienes raíces, instituciones financieras y hasta países enteros aprovechando la devaluación masiva que supondría la desintegración del euro. Resistir a esta megaespeculación global sí es una razón concreta para defender el euro; no los cuentos de terror para hacer tragar a la gente la destrucción de servicios esenciales en su vida. Esa resistencia pasa por un saneamiento integral del sistema financiero, incluyendo nacionalizaciones, liquidaciones y sanciones a los responsables. Y por una relegitimación del sistema político porque al Gobierno actual se le votó con un programa totalmente distinto. O sea nuevas elecciones. Si no se abren compuertas a la sociedad en una política renovada, hay riesgo de que la crisis financiera se convierta en crisis social de amenazantes perfiles.
Por Manuel Castells | LaVanguardia | Observatorio Global, julio 14, 2012
Sociólogo español (1949), catedrático en la Universidad de California de Berkeley y en la Universitat Oberta de Catalunya, es el académico más citado del mundo en tecnologías de la información y comunicación. Su investigación relaciona la evolución económica y las transformaciones políticas, sociales y culturales en el marco de una teoría integral de la información, plasmada en sus obras El Estado en Red y La Era de la Información.
Intervención
Al Gobierno actual se le votó con un programa totalmente distinto; o sea, nuevas elecciones
Ya es oficial: la economía española ha sido intervenida bajo la tutela de la Comisión Europea, el BCE y el FMI. Y aunque los eufemismos terminológicos de un gobierno falaz intenten suavizar la imagen, las 32 condiciones del memorándum aceptado por el Gobierno a cambio del rescate financiero no dejan lugar a duda. Era necesario. Buena parte del sistema financiero está quebrado o en peligro, exceptuando por ahora Caixa Bank, Santander y BBVA. Incluso en estos hay activos inmobiliarios hoy fuera de mercado. Es necesario un "banco malo", una entidad gestora de activos devaluados que sólo pueden reflotarse a largo plazo. Entidad financiada con fondos externos para no agravar la situación de los bancos o del FROB cuyos recursos son insuficientes para enfrentarse a la insolvencia potencial del sistema. Como todo esto lleva tiempo (ni siquiera existe aún el MEDE , futuro gestor de los fondos europeos de estabilización) y la situación es insostenible, se inyectarán 30.000 millones de inmediato en el sistema bancario para evitar el colapso de las cajas nacionalizadas y el pánico que podría cundir cuando la gente sepa que el Fondo de Garantías de Depósitos apenas cuenta ya con recursos para cubrir los depósitos en caso de quiebra generalizada. A cambio de este rescate, Europa impone una política macroeconómica y presupuestaria de extrema austeridad. Y retira el control del Banco de España al Gobierno, con lo que nuestro banco central se convierte en el gestor de la supervisión europea de nuestro sistema financiero. Esa es la consecuencia de la gestión irresponsable y prepotente de Fernández Ordóñez, que ninguneó en su momento las airadas objeciones de los competentes inspectores del Banco de España. Si se imputa a Rato, con razón, con mucha más razón debería imputarse a quien le permitió a él y a otros muchos prácticas presuntamente fraudulentas que eran comentadas entre expertos europeos y denegadas tozudamente por el exgobernador y sus jefes ( ¿recuerda la proclama de Zapatero en Nueva York vanagloriándose de que los bancos españoles estaban entre los más solventes del mundo?)
Mentiras, incompetencia, arrogancia y, a veces, estafa han caracterizado una gestión privada y una supervisión pública que han llevado a la bancarrota. Nada de crisis estructural del capitalismo (que también la hay, pero por otras vías), sino falta de transparencia en el sistema financiero y déficit democrático en la política. Por eso no es necesariamente negativa la intervención. Parecen más fiables los interventores que los intervenidos desde el punto de vista profesional y de responsabilidad. El problema de una intervención externa en términos tecnocráticos es que ni conoce ni le interesa la realidad del país, desequilibra el Estado autonómico y desestabiliza la sociedad. Por eso la crisis no se contiene, al contrario, ahora empieza en serio.
¿Por qué los mercados siguen incrementando la prima de riesgo y el interés de la deuda pública situándolos a niveles insostenibles ¿Por qué la bolsa sigue cayendo? ¿Por qué el euro se devalúa frente al dólar a pesar de la debilidad de la economía estadounidense?
Porque los inversores saben que sin crecimiento no se podrá pagar la deuda pública y privada española o italiana o de tantos otros países y que, por tanto, en algún momento habrá que aceptar una quita masiva de la deuda en la que bancos y gobiernos se destrozarán para saber quién paga. Y como el gasto público es lo único que puede reactivar a corto plazo la economía, dando tiempo a los factores creadores de futuro (emprendiduría, innovación y exportación) para inducir la salida de la crisis, por ahora la contracción de la demanda en la eurozona reduce drásticamente el negocio, desvía la inversión hacia otras latitudes y hace dudar de la recuperación económica.
El escepticismo de los mercados refleja la desconfianza con respecto a las instituciones políticas, europeas y nacionales, carentes de una estrategia común, opacas entre ellas y alejadas de sus ciudadanos. Estamos en un mundo en que nadie confía en nadie, ni los bancos entre ellos, ni las empresas en los gobiernos, ni los gobiernos entre ellos, y mucho menos los ciudadanos en sus representantes y los clientes en sus bancos. Se ha destruido la confianza, que es la base de un mercado dinámico y de una democracia estable. Es el sálvese quien pueda. Y por eso cuando se piden sacrificios suena a manipulación cínica. ¿Cómo viven los políticos y cómo viven los financieros en este momento mientras se piden sacrificios al pueblo? ¿En función de que se acepta el sacrificio, sobre todo cuando cualquier propuesta alternativa se acalla con rodillo parlamentario y cualquier protesta de disuelve a porrazos?
La inestabilidad institucional, social y política en la que desemboca necesariamente la intervención económica sin correctivos sociales no permite pensar en una estrategia de largo plazo para reconstruir la economía sobre bases socialmente sostenibles. La supervivencia día a día se va agotando mientras las familias se comen sus ahorros, los bancos retienen sus créditos y los políticos, casi todos compinchados, se apropian un poder que se suponía delegado y cierran puertas a la ciudadanía.
Aún hay algo más. Hay indicios de una gigantesca especulación de enormes masas de capital apostando contra el euro y preparándose a comprar a precio de saldo empresas, bienes raíces, instituciones financieras y hasta países enteros aprovechando la devaluación masiva que supondría la desintegración del euro. Resistir a esta megaespeculación global sí es una razón concreta para defender el euro; no los cuentos de terror para hacer tragar a la gente la destrucción de servicios esenciales en su vida. Esa resistencia pasa por un saneamiento integral del sistema financiero, incluyendo nacionalizaciones, liquidaciones y sanciones a los responsables. Y por una relegitimación del sistema político porque al Gobierno actual se le votó con un programa totalmente distinto. O sea nuevas elecciones. Si no se abren compuertas a la sociedad en una política renovada, hay riesgo de que la crisis financiera se convierta en crisis social de amenazantes perfiles.
Siempre habrá alguien que bienintencionadamente preguntará qué interés tiene hacer un "análisis del mal", o demandará artículos más propositivos, o incluso dudará de para qué sirve saber qué es lo que está pasando... Después te explican "que ahora tenemos que ajustarnos el cinturón porque vivimos muchos años gastando sobre nuestras posibilidades".
ResponderEliminarY sí, pero la hipocresía es un fenómeno que se da en el universo. En cualquier caso, quizá convendría empezar a hablar de las soluciones que como dice Castells y otros, deben plantearse(ya que la crisis es integral)integralmente, espiritualidad incluida....No sólo política, economía...
ResponderEliminarVengo a decir que si uno se siente enfermo y llama al médico, quiere saber que le está pasando antes de someterse a un tratamiento severo o a una operación. Coincido contigo en que muchas patologías tienen un correlato o una génesis psicológica, incluso espiritual. Y coincidirás conmigo en que también hay factores patógenos del medio externo (como edificios enfermos, electrosmog, intoxicaciones varias) incluso la posibilidad que alguien intencionalmente te esté envenenando... Así que si es el mayordomo el que te está poniendo matarratas en la ensalada (como en las películas) ve tu a saber si con sólo dejar de comer mayonesa y un rearme espiritual te curas...
EliminarEn esta discutible metáfora, uno es la sociedad, el médico son los medios de comunicación y los políticos que te convencen que si estás enfermo es por tus excesos, y el mayordomo ponzoñoso los grandes bancos, que nunca dan la cara.
Sin duda necesitamos un gran rearme espiritual... para desautorizar y parar al médico que ya empieza con la amputación, y más todavía para llevar al mayordomo criminal a la comisaría.
Totalmente!!! Estoy de acuerdo contigo.
ResponderEliminarComo al ser humano, creo, le han quitado toda posibilidad de saber qué es en realidad, primero necesitamos el rearme a todos los niveles y luego intentar conseguir respuesta a qué somos? O será al revés??? No sé, no sé...
De acuerdo con que para resolver un problema primero es necesario un buen diagnóstico. Si no sabemos qué pasa, ni porqué, mal podremos darle solución.
ResponderEliminarAsí, a un problema social corresponde un diagnóstico y una solución social, mientras que a un problema individual corresponden un diagnóstico y una solución individual. Ahora bien, dado que siempre observamos la sociedad desde uno, no podemos ignorar el aspecto individual al tratar problemas sociales; al mismo tiempo, uno está inserto en una sociedad, por tanto, cualquier solución a un problema individual pasa necesariamente por tener en cuenta los aspectos sociales (cuando para 300 puestos de trabajo se presentan 55 mil aspirantes, no parece que el encontrar trabajo sea un problema individual sino más bien social; si digo que el problema en la sociedad es económico, psicológico o espiritual, tal vez estoy haciendo ese diagnóstico desde mis propias tensiones internas).
En resumen, tanto el diagnóstico como la solución deben incluir tanto aspectos individuales como sociales.
¡Por fin este hombre Castells dice algo!
ResponderEliminar*
(Al final de artículo) "Hay indicios de una gigantesca especulación de enormes masas de capital apostando contra el euro y preparándose a comprar a precio de saldo empresas, bienes raíces, instituciones financieras y hasta países enteros aprovechando la devaluación masiva que supondría la desintegración del euro... saneamiento integral del sistema financiero, incluyendo nacionalizaciones, liquidaciones y sanciones a los responsables. Y por una relegitimación del sistema político porque al Gobierno actual se le votó con un programa totalmente distinto. O sea nuevas elecciones. "
*
Es lo que venimos denunciando desde hace tiempo quienes somos tildados por la prensa y los progres bienpensantes como anarcohumanistas, teóricos de la conspiración y conspiranoicos fundamentalistas.
Es costumbre española reunirse en los bares y hablar de cómo arreglar el mundo.
ResponderEliminarLuego cada uno a su casa que hay cosas que hacer. El mumdo que lo arregle otro.