Mientras nos preguntamos qué dirá el Rey borbón en el próximo mensaje de Navidad, el coronel del ejército español Amadeo Martínez Inglés le devuelve invertida aquella frase "¿Por qué no te
callas?" que el monarca le dirigiera al presidente Hugo Chavez, pero en relación con la presunta estafa
multimillonaria protagonizada por su yerno Iñaki Urdangarin.
Sí, sí, regio suegro del atlético Urdanga; divino monarca enviado por
el Espíritu Santo a este bendito país para velar por la democracia, la
felicidad, la salud y el bienestar de sus sufridos ciudadanos; rey sin
par que crees provenir del testículo derecho del emperador Carlomagno
cuando en realidad lo haces de la pérfida bocamanga del genocida Franco.
¡Deja ya de hacerte el
muerto! ¡Deja ya de emplear medios del Estado (aviones militares y
demás) para acudir a grandes premios de Fórmula I o torneos
internacionales de tenis a la par que eludes con total desvergüenza las
escasas y ridículas obligaciones de tu medieval cargo...y habla!
Cuéntanos a los españoles si conocías o no las presuntamente delictivas
andanzas de tu todavía yerno, el Urdanga ése, y por qué te hiciste el
sueco si, como es de cajón, las conocías. Y, también, nos pones al corriente de a cuanto asciende a día de hoy tu amañada fortunita,
de como se desarrollaron (sin entrar en detalles morbosos, desde luego)
tus pícaras alegrías amatorias con cargo a los fondos reservados del
Estado español, de como transcurrió el tortuoso día (23-F del 81) en el
que salvaste a todos los españoles... y de todas las demás guarrerías
personales y familiares cometidas en tu ya largo reinado. Así los
españoles nos iremos enterando de todo ello sin tener que acudir a
Internet y los jueces y los diputados electos del Partido Popular del
hoy "muy asustado y mudo Rajoy" podrán ir tomando nota. Para cuando haga falta, naturalmente.
Sí, tú, último
representante en España de la banda de borrachos, puteros, idiotas,
descerebrados, cabrones, ninfómanas, vagos y maleantes que a lo largo de
los siglos han conformado la foránea estirpe real borbónica culpable
del atraso, la ignorancia, la degradación, la pobreza, el odio y la
miseria generalizada de centenares de generaciones de españoles;
presunto (estamos en un Estado de derecho aunque no lo parezca)
malversador de fondos públicos para pagar francachelas sexuales;
corrupto máximo en un país donde, desgraciadamente, la corrupción se
mama desde la cuna; impune muñidor de una descomunal fortuna personal
que nadie en este país sabe de donde ha salido; vil autogolpista
castrense en aquél recordado 23-F que organizaste in extremis para
salvaguardar tu detestable corona franquista; fratricida confeso (o
presunto asesino) en tu juventud; reo de un delito de alta traición a la
nación española al pactar en 1975 con el Departamento de Estado
norteamericano, ostentando interinamente la Jefatura del Estado español
por enfermedad del dictador Franco, la entrega vergonzante a Marruecos
de la totalidad de la antigua provincia española del Sahara Occidental
(territorio bajo administración española, según la ONU) en evitación
egoísta de una guerra con ese país que hubiera puesto en peligro tu
tambaleante corona; corresponsable, en consecuencia, del espantoso
genocidio posterior (más de tres mil víctimas) cometido por el rey
alauí, Hassan II, para dominar el inmenso territorio abandonado por
España... tú que mandas callar a voz en grito a jefes de Estado
extranjeros.
¿Por qué callas ahora? ¿Por
qué no hablas, y cuanto antes, a los españoles? Primero ¡faltaría más!
de las andanzas presuntamente delictivas (los jueces hablarán
próximamente) de tu deportivo yerno, ese caradura integral que se ha
valido de su matrimonio (con el, seguramente, también delictivo consenso
de su gentil esposa) y de la impunidad
casi absoluta de que ha gozado hasta ahora la llamada familia real
española, para apropiarse de millones de euros del erario público.
Con la gentil colaboración de políticos y altos cargos de las
derrochadoras y detestables administraciones públicas de este país
(central y autonómicas).
Y en segundo lugar, supremo
líder de la ya amortizada monarquía franquista del 18 de julio, y ya va
siendo hora, háblanos de todas las irregularidades y presuntos delitos
cometidos por tu regia persona, algunos de los cuales acabo de señalar y
que este humilde mortal (o plebeyo, como quieras) ha denunciado
repetidas veces en los últimos años ante las Cortes Españolas, única
institución que puede entender de los mismos en base a la absoluta
impunidad constitucional de la que gozas gracias a tu amado
generalísimo, el tercer dictador más sanguinario de la historia europea
después de Hitler y Stalin. Presuntos delitos de los que más tarde o más
temprano tendrás que responder ante el pueblo español y que, no te
quepa la menor duda, ocuparán algún día páginas y páginas en la triste
historia de este país de la modélica transición y gaitas parecidas.
Porque, amigo monarca, ya conoces los populares dichos: "A todo cerdo
le llega su San Martín" y "El tiempo coloca a cada uno en su lugar". Y a
ti, y a toda tu familia y parentela más o menos cercana de enchufados,
vagos y maleantes de toda laya, parece ser que está a punto de llegaros
esa suculenta y tradicional onomástica de ancestral raíz gastronómica a
la vez que el justiciero "devenir temporal de la historia" os arrincona
sádicamente contra vuestro propio latrocinio y contra vuestra y
escandalosa corrupción; decidido a bajaros a todos a las negras
profundidades del infierno político y social.
El largo tiempo del vino
(Vega Sicilia, naturalmente) y las rosas de palacios y lujosas
residencias veraniegas (más de siete lustros), gastándoos a espuertas el
escaso dinero de los amados y tontorrones súbditos, toca a su fin. Y
todos, absolutamente todos los componentes de esa tu despreciable
familia real, tendréis que comparecer algún día ante la justicia; unos,
como el atlético y descerebrado deportista de elite que creyó que le
había tocado la bonoloto cuando la infantita de marras le eligió como
dulce esposo de su particular cuento de hadas, muy pronto, porque las
pruebas son irrefutables y porque, aunque torpe y lenta, la bella diosa
ciega celtibérica de la balanza de oro, no podrá esta vez mirar para
otro lado y tendrá que castigar como se merece tanto derroche, tanto
latrocinio y tanta vagancia familiar e institucional; otros, como las
infantitas borbónicas casadas o separadas temporalmente de sus parejas,
que se dejan querer cobrando espectaculares sueldos millonarios de
grandes empresas españolas y multinacionales y que, con tribunales o sin
ellos, pronto tendrán que renunciar a tanta bicoca; y tú, todavía rey
franquista de todos los españoles, aún protegido como estás por la larga
mano del dictador y por la nefasta herencia constitucional de unos
cuantos pelotas de intramuros del régimen (padres de la patria, qué
risa) que parieron una Carta Magna a tu medida haciéndote divino e
inviolable... no te confíes demasiado que el horno no está para bollos y
muy pronto pintarán bastos en las calles y avenidas de muchas ciudades
españolas.
Y eso sin hablar del elefantito de los cojones.
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