Por colaboradores de Tomas Hirsch. 3 de Marzo 2011. Transcripción de reunión en El Cairo de Tomy Hirsch con jóvenes interesados en el Humanismo. La reunión, en la que participaron una veintena de jóvenes egipcios, se realizó en la oficina de uno de ellos. Nosotros los habíamos conocido una semana antes, luego se habían reunido para estudiar el Documento Humanista y preparar el cuestionario que sirvió de base a esta reunión. (La foto es de archivo).
¿Que tenemos en común y que nos diferencia del capitalismo y del comunismo?
Con el capitalismo tenemos muy poco o nada en común. Con el comunismo tenemos diferencias doctrinarias, metodológicas y diferencias respecto del tipo de sociedad al que aspiramos. El tema es largo pero desde el punto de vista doctrinario podemos decir que el humanismo pone al ser humano como centro; un ser humano activo capaz de transformar a la sociedad y de transformarse a sí mismo. Para el comunismo por el contrario, el ser humano es pasivo, es el resultado de las condiciones “objetivas” en que le toca vivir. Esa es una mirada mecanicista producto de una época mecanicista en la que se inventaron las locomotoras. Para ellos el ser humano responde a condiciones impuestas por el medio externo. En ese caso bastaría con cambiar el medio externo para resolver todo. Desde el punto de vista del humanismo el ser humano es intencional. El ser humano es quien protagoniza la historia y puede rebelarse frente a las condiciones que le impone el medio social. Para el humanismo el ser humano es libertad, libertad para aceptar o rechazar las condiciones en que le toca vivir.
Desde el punto de vista metodológico para nosotros la única metodología posible es la No Violencia. A su vez el cambio revolucionario no se mide por los litros de sangre derramada sino por la capacidad de transformación estructural que se propone y efectiviza.
Desde el punto de vista de la sociedad a la que aspiramos, los humanistas no creemos que el Estado deba ser el controlador de todo. No creemos en un Estado que se asigne a sí mismo la representación de los trabajadores. Mientras el comunismo apunta al centralismo, el humanismo es descentralizador. El comunismo concentra en el Estado, el capitalismo concentra en los monopolios y el humanismo busca la desconcentración del poder. Ahí hay una gran diferencia del tipo de sociedad al que aspiramos.
El humanismo propone una nueva relación entre capital y trabajo. El capital productivo es necesario y está muy bien que exista. El capital productivo es el dinero que tiene ese que quiere poner una fábrica para producir camisas. Ese capital es necesario, y luego esas camisas las hacen los trabajadores. Lo que está demás para el humanismo es el capital especulativo. El otro capital, el que mueve las empresas, ese está muy bien. Pero cuando una multinacional compra millones de acciones de una empresa egipcia, no genera ni un solo empleo, pero puede ganar millones de dólares por la especulación con esas acciones. Muy distinto es si llega dinero para ser invertido como capital productivo y genera trabajo. Estos dos factores, capital productivo y trabajo, son los factores que mueven la economía. Es verdad que los países comunistas han dado beneficios sociales a sus pueblos pero a costa de su libertad, que ha sido fuertemente restringida en esos lugares. La sociedad humanista es libertaria. A su vez el liberalismo “habla” de libertad, pero esa libertad la gozan unos pocos. No tenemos entonces muchos puntos en común con el llamado liberalismo. Si tuviéramos que definir un enemigo, éste sería la banca, el capital financiero especulativo.
Con el capitalismo tenemos muy poco o nada en común. Con el comunismo tenemos diferencias doctrinarias, metodológicas y diferencias respecto del tipo de sociedad al que aspiramos. El tema es largo pero desde el punto de vista doctrinario podemos decir que el humanismo pone al ser humano como centro; un ser humano activo capaz de transformar a la sociedad y de transformarse a sí mismo. Para el comunismo por el contrario, el ser humano es pasivo, es el resultado de las condiciones “objetivas” en que le toca vivir. Esa es una mirada mecanicista producto de una época mecanicista en la que se inventaron las locomotoras. Para ellos el ser humano responde a condiciones impuestas por el medio externo. En ese caso bastaría con cambiar el medio externo para resolver todo. Desde el punto de vista del humanismo el ser humano es intencional. El ser humano es quien protagoniza la historia y puede rebelarse frente a las condiciones que le impone el medio social. Para el humanismo el ser humano es libertad, libertad para aceptar o rechazar las condiciones en que le toca vivir.
Desde el punto de vista metodológico para nosotros la única metodología posible es la No Violencia. A su vez el cambio revolucionario no se mide por los litros de sangre derramada sino por la capacidad de transformación estructural que se propone y efectiviza.
Desde el punto de vista de la sociedad a la que aspiramos, los humanistas no creemos que el Estado deba ser el controlador de todo. No creemos en un Estado que se asigne a sí mismo la representación de los trabajadores. Mientras el comunismo apunta al centralismo, el humanismo es descentralizador. El comunismo concentra en el Estado, el capitalismo concentra en los monopolios y el humanismo busca la desconcentración del poder. Ahí hay una gran diferencia del tipo de sociedad al que aspiramos.
El humanismo propone una nueva relación entre capital y trabajo. El capital productivo es necesario y está muy bien que exista. El capital productivo es el dinero que tiene ese que quiere poner una fábrica para producir camisas. Ese capital es necesario, y luego esas camisas las hacen los trabajadores. Lo que está demás para el humanismo es el capital especulativo. El otro capital, el que mueve las empresas, ese está muy bien. Pero cuando una multinacional compra millones de acciones de una empresa egipcia, no genera ni un solo empleo, pero puede ganar millones de dólares por la especulación con esas acciones. Muy distinto es si llega dinero para ser invertido como capital productivo y genera trabajo. Estos dos factores, capital productivo y trabajo, son los factores que mueven la economía. Es verdad que los países comunistas han dado beneficios sociales a sus pueblos pero a costa de su libertad, que ha sido fuertemente restringida en esos lugares. La sociedad humanista es libertaria. A su vez el liberalismo “habla” de libertad, pero esa libertad la gozan unos pocos. No tenemos entonces muchos puntos en común con el llamado liberalismo. Si tuviéramos que definir un enemigo, éste sería la banca, el capital financiero especulativo.
Si hablamos de la relación entre trabajadores y el capital, ¿cómo se dividen las utilidades?
Hoy la única forma económica que se acerca a la propuesta humanista son las cooperativas. No hay muchos ejemplos concretos de lo que estamos planteando. La cooperativa es una forma de organizarse en la que todos los trabajadores son dueños de la empresa. Es una forma comunitaria en la que nos repartimos el trabajo y también las utilidades. Cada uno tiene un voto y un mismo porcentaje de participación. ¿Qué pasa hoy? Caso 1: El Estado pone una fábrica de pantalones, los trabajadores hacen los pantalones y el Estado se lleva las ganancias. Caso 2: Un empresario pone una fábrica de pantalones, él pone el capital y los trabajadores hacen los pantalones y a cambio de esto reciben un sueldo y el empresario, es decir el Capital, se lleva las ganancias. En la sociedad humanista el que pone el dinero se lleva un porcentaje de las ganancias porque puso el dinero y los trabajadores se llevan otro porcentaje, es decir capital y trabajo son socios. Además, las decisiones se toman en conjunto. Existen muy buenas experiencias de esta forma de organización en la que todos ganan, tanto los que ponen el dinero como los que ponen el trabajo. Entonces acá estamos planteando dos puntos centrales: a) la ganancia se reparte entre el que puso el capital y los trabajadores. b) las decisiones se toman en conjunto. Por ejemplo decidirán en conjunto si van a reinvertir las utilidades en nuevas maquinarias, o van a hacer un retiro de esas utilidades, etc. En la sociedad capitalista el dueño del capital decide si invierte las ganancias en la bolsa de Nueva York o se compra un yate. En la empresa humanista se decide en conjunto. Hay empresas que dan participación pero no en las cosas importantes sino que en lo secundario.
Hoy la única forma económica que se acerca a la propuesta humanista son las cooperativas. No hay muchos ejemplos concretos de lo que estamos planteando. La cooperativa es una forma de organizarse en la que todos los trabajadores son dueños de la empresa. Es una forma comunitaria en la que nos repartimos el trabajo y también las utilidades. Cada uno tiene un voto y un mismo porcentaje de participación. ¿Qué pasa hoy? Caso 1: El Estado pone una fábrica de pantalones, los trabajadores hacen los pantalones y el Estado se lleva las ganancias. Caso 2: Un empresario pone una fábrica de pantalones, él pone el capital y los trabajadores hacen los pantalones y a cambio de esto reciben un sueldo y el empresario, es decir el Capital, se lleva las ganancias. En la sociedad humanista el que pone el dinero se lleva un porcentaje de las ganancias porque puso el dinero y los trabajadores se llevan otro porcentaje, es decir capital y trabajo son socios. Además, las decisiones se toman en conjunto. Existen muy buenas experiencias de esta forma de organización en la que todos ganan, tanto los que ponen el dinero como los que ponen el trabajo. Entonces acá estamos planteando dos puntos centrales: a) la ganancia se reparte entre el que puso el capital y los trabajadores. b) las decisiones se toman en conjunto. Por ejemplo decidirán en conjunto si van a reinvertir las utilidades en nuevas maquinarias, o van a hacer un retiro de esas utilidades, etc. En la sociedad capitalista el dueño del capital decide si invierte las ganancias en la bolsa de Nueva York o se compra un yate. En la empresa humanista se decide en conjunto. Hay empresas que dan participación pero no en las cosas importantes sino que en lo secundario.
¿Cómo se diferencia el plebiscito de la consulta popular?
Hay una diferencia legal. El plebiscito es vinculante y la consulta popular no necesariamente lo es. Lo importante es que en la sociedad humanista se consulta permanentemente a la población para la toma de decisiones. Hoy “se dice” que vivimos en democracia porque ponemos un voto cada cuatro años, pero no se le pregunta a la gente respecto de los temas fundamentales, políticos, económicos, militares, etc. que afectarán sus vidas.
¿Cómo podemos los humanistas crecer en un país como Egipto, que tiene como base a la religión?
El humanismo ubica al ser humano como valor central, al ser humano con sus creencias. El humanismo jamás pondrá impedimentos a qué cada uno pueda profesar su religión siempre que no la imponga a otros. Y si hay alguien que no profesa ninguna religión, también se lo respeta. El humanismo no impone una visión única y plantea como tema central la libertad religiosa, sexual, política. Uno ha visto mucha gente que cree en sus distintos dioses pero que se terminan matando entre ellos porque uno dice que su dios pestañea con el ojo izquierdo y el otro dice que lo hace con el ojo derecho y terminan aniquilándose por eso. ¡Que cada uno crea lo que sea mejor para su vida! La sociedad humanista respeta todas las diferencias. Me parece que en una sociedad como Egipto, en la que la religión es tan importante, existe una muy buena posibilidad dados los valores que promueve esa religión.
¿Cómo hacer con la discriminación a otras culturas?
En todos lados estamos muy lejos de esta sociedad de la que venimos conversando. Vivimos en un momento en el que se descalifica al otro constantemente. Uno sale a la calle en Moscú o en Nueva York y esto que está pasando acá en Egipto sería visto como algo marciano. El cambio en el modo en el que vemos y nos relacionamos con otros comienza porque una generación joven quiere producirlos. En Noruega estos temas seguramente ni siquiera se hablan. Esto comienza cuando uno reflexiona sobre el tema y toma una decisión personal. Quizás somos pocos o quizás somos muchos. Pero eso no importa. Si lo hago a partir de una decisión personal me voy a encontrar con gente que lo aprueba o lo desaprueba. Es un planteo humilde pero con mucho sentido. Pero no estoy solo. Hay organizaciones de estudiantes, de trabajadores, de vecinos, organizaciones pequeñas pero que son más que yo solo. Podemos transmitir estas ideas y esta actitud de vida. El humanismo transmite un modo de vivir.
Si el Humanismo tiene como base el respetar la cultura del otro ¿cómo hacemos si ésta es violenta?
Existe una tesis que es la tesis cultural, según la cual cada cultura hace lo que quiere, porque esa es su cultura. Si en una cultura les sacan los ojos a los niños dicen que hay que respetarlo porque esa es su cultura. En la tesis humanista ubicamos al ser humano como centro por sobre cualquier cultura. La tesis humanista no acepta que se violen los derechos humanos poniendo por encima la justificación cultural. Si en un país acostumbran lapidar a las mujeres, los humanistas lo rechazamos por ser una acción violenta, aunque sea una práctica cultural establecida. Porque, cuando se realiza ese acto, ¿quién es el que lo dice? Los que están en el poder. Ellos dicen: en esta cultura se lapida a las mujeres. Pues bien, nosotros lo discutimos. Por ejemplo en Estados Unidos aplican la pena de muerte y nosotros la rechazamos. Para los humanistas esto se resuelve rechazando toda forma de violencia. Todas las religiones en su base plantean rechazar la violencia, tratar bien a los demás, etc. Pero en la práctica muchas veces aplican la violencia.
Y no tengo todas las respuestas de qué hacer si hay un grupo que tiene una cultura violenta. No puedo darte la receta. Quizás en una sociedad humanista hay que tener cárceles aunque no nos guste. Si hay un loco que quiere matar a la gente, no le vamos a facilitar la tarea. Pero el tema central es que estamos tratando de aclarar una dirección que ubica al ser humano como centro, que prioriza su libertad, que promueve la participación, que crea una nueva relación entre el capital y el trabajo y que propone la no violencia como metodología de acción.
Hay una diferencia legal. El plebiscito es vinculante y la consulta popular no necesariamente lo es. Lo importante es que en la sociedad humanista se consulta permanentemente a la población para la toma de decisiones. Hoy “se dice” que vivimos en democracia porque ponemos un voto cada cuatro años, pero no se le pregunta a la gente respecto de los temas fundamentales, políticos, económicos, militares, etc. que afectarán sus vidas.
¿Cómo podemos los humanistas crecer en un país como Egipto, que tiene como base a la religión?
El humanismo ubica al ser humano como valor central, al ser humano con sus creencias. El humanismo jamás pondrá impedimentos a qué cada uno pueda profesar su religión siempre que no la imponga a otros. Y si hay alguien que no profesa ninguna religión, también se lo respeta. El humanismo no impone una visión única y plantea como tema central la libertad religiosa, sexual, política. Uno ha visto mucha gente que cree en sus distintos dioses pero que se terminan matando entre ellos porque uno dice que su dios pestañea con el ojo izquierdo y el otro dice que lo hace con el ojo derecho y terminan aniquilándose por eso. ¡Que cada uno crea lo que sea mejor para su vida! La sociedad humanista respeta todas las diferencias. Me parece que en una sociedad como Egipto, en la que la religión es tan importante, existe una muy buena posibilidad dados los valores que promueve esa religión.
¿Cómo hacer con la discriminación a otras culturas?
En todos lados estamos muy lejos de esta sociedad de la que venimos conversando. Vivimos en un momento en el que se descalifica al otro constantemente. Uno sale a la calle en Moscú o en Nueva York y esto que está pasando acá en Egipto sería visto como algo marciano. El cambio en el modo en el que vemos y nos relacionamos con otros comienza porque una generación joven quiere producirlos. En Noruega estos temas seguramente ni siquiera se hablan. Esto comienza cuando uno reflexiona sobre el tema y toma una decisión personal. Quizás somos pocos o quizás somos muchos. Pero eso no importa. Si lo hago a partir de una decisión personal me voy a encontrar con gente que lo aprueba o lo desaprueba. Es un planteo humilde pero con mucho sentido. Pero no estoy solo. Hay organizaciones de estudiantes, de trabajadores, de vecinos, organizaciones pequeñas pero que son más que yo solo. Podemos transmitir estas ideas y esta actitud de vida. El humanismo transmite un modo de vivir.
Si el Humanismo tiene como base el respetar la cultura del otro ¿cómo hacemos si ésta es violenta?
Existe una tesis que es la tesis cultural, según la cual cada cultura hace lo que quiere, porque esa es su cultura. Si en una cultura les sacan los ojos a los niños dicen que hay que respetarlo porque esa es su cultura. En la tesis humanista ubicamos al ser humano como centro por sobre cualquier cultura. La tesis humanista no acepta que se violen los derechos humanos poniendo por encima la justificación cultural. Si en un país acostumbran lapidar a las mujeres, los humanistas lo rechazamos por ser una acción violenta, aunque sea una práctica cultural establecida. Porque, cuando se realiza ese acto, ¿quién es el que lo dice? Los que están en el poder. Ellos dicen: en esta cultura se lapida a las mujeres. Pues bien, nosotros lo discutimos. Por ejemplo en Estados Unidos aplican la pena de muerte y nosotros la rechazamos. Para los humanistas esto se resuelve rechazando toda forma de violencia. Todas las religiones en su base plantean rechazar la violencia, tratar bien a los demás, etc. Pero en la práctica muchas veces aplican la violencia.
Y no tengo todas las respuestas de qué hacer si hay un grupo que tiene una cultura violenta. No puedo darte la receta. Quizás en una sociedad humanista hay que tener cárceles aunque no nos guste. Si hay un loco que quiere matar a la gente, no le vamos a facilitar la tarea. Pero el tema central es que estamos tratando de aclarar una dirección que ubica al ser humano como centro, que prioriza su libertad, que promueve la participación, que crea una nueva relación entre el capital y el trabajo y que propone la no violencia como metodología de acción.
¿Cómo podemos relacionar el humanismo con nuestras vidas?
Entendemos al humanismo como un modo de vida. Cuando hablamos de una sociedad humanista, de una sociedad que propone tratar a los demás como se quiere ser tratado, no tiene ningún sentido si no trato de aplicar estos principios en mi propia vida. Ésta es la diferencia entre contradicción y coherencia. Coherencia es pensar, sentir y actuar en una misma dirección. Intentamos ser coherentes con nuestras vidas aunque no siempre nos resulte. Pero lo intento porque de ese modo le doy un sentido a mi vida. Creemos que no es posible construir una sociedad humanista si no vivimos un estilo de vida humanista. Pero además el humanismo no es solo acción social sino que también transformación personal. Les hablo de participación, pero también a veces me doy cuenta que yo no doy participación a otros. Por esto es que desarrollamos grupos de transformación personal. Así como actuamos en el medio social, nos tomamos el tiempo para realizar seminarios y trabajos que nos ayuden a fortalecer esta dirección. Aquello que transforma al mundo, me transforma a mí y viceversa. Hablamos de todo esto justamente porque hay mucha violencia en el mundo. La violencia no es solo física, es también económica. La gente está endeudada para tratar de darles una buena educación a sus hijos. Eso es violencia. Hay violencia psicológica cuando mantienen atemorizados a la población. Hay violencia cuando discrimino a otros y también cuando otro me discrimina. Hay violencia generacional. Se discrimina a los jóvenes porque son muy jóvenes y a los viejos porque son muy viejos.
Entendemos al humanismo como un modo de vida. Cuando hablamos de una sociedad humanista, de una sociedad que propone tratar a los demás como se quiere ser tratado, no tiene ningún sentido si no trato de aplicar estos principios en mi propia vida. Ésta es la diferencia entre contradicción y coherencia. Coherencia es pensar, sentir y actuar en una misma dirección. Intentamos ser coherentes con nuestras vidas aunque no siempre nos resulte. Pero lo intento porque de ese modo le doy un sentido a mi vida. Creemos que no es posible construir una sociedad humanista si no vivimos un estilo de vida humanista. Pero además el humanismo no es solo acción social sino que también transformación personal. Les hablo de participación, pero también a veces me doy cuenta que yo no doy participación a otros. Por esto es que desarrollamos grupos de transformación personal. Así como actuamos en el medio social, nos tomamos el tiempo para realizar seminarios y trabajos que nos ayuden a fortalecer esta dirección. Aquello que transforma al mundo, me transforma a mí y viceversa. Hablamos de todo esto justamente porque hay mucha violencia en el mundo. La violencia no es solo física, es también económica. La gente está endeudada para tratar de darles una buena educación a sus hijos. Eso es violencia. Hay violencia psicológica cuando mantienen atemorizados a la población. Hay violencia cuando discrimino a otros y también cuando otro me discrimina. Hay violencia generacional. Se discrimina a los jóvenes porque son muy jóvenes y a los viejos porque son muy viejos.
Aquí en Egipto hay mucha violencia, nosotros vivimos todas las formas de violencia. Si fuéramos gobierno, y hubiera hechos de violencia ¿cómo se sancionarían?
Hay cosas básicas que los humanistas no aceptamos: la pena de muerte, por ejemplo. Pero más importante que lo que haremos cuando seamos gobierno, para lo que todavía falta un tiempo, creo que es importante aclararnos como nos vamos a organizar ahora, así como proponernos trabajos que nos ayuden a mejorar nuestra propia vida.
Yo propondría tres planos de acción: la meditación personal, el trabajo grupal y la acción social. Hay cosas que podemos explicar pero hay otras que es más interesante vivirlas. En una conversación Silo le decía a un amigo: “como te explico lo que es el color rojo si nunca lo has visto”. La experiencia es la base de todo. ¿Cómo encontrar un propósito que dé dirección a mi vida? ¿Para qué estoy en esta Tierra? Me parece que esas son preguntas fundamentales. Esto no lo hacemos por obligación ni tampoco porque nos pagan. La invitación es hacia la construcción de una vida con Sentido y esto puede tener gran proyección en el campo social.
Hay cosas básicas que los humanistas no aceptamos: la pena de muerte, por ejemplo. Pero más importante que lo que haremos cuando seamos gobierno, para lo que todavía falta un tiempo, creo que es importante aclararnos como nos vamos a organizar ahora, así como proponernos trabajos que nos ayuden a mejorar nuestra propia vida.
Yo propondría tres planos de acción: la meditación personal, el trabajo grupal y la acción social. Hay cosas que podemos explicar pero hay otras que es más interesante vivirlas. En una conversación Silo le decía a un amigo: “como te explico lo que es el color rojo si nunca lo has visto”. La experiencia es la base de todo. ¿Cómo encontrar un propósito que dé dirección a mi vida? ¿Para qué estoy en esta Tierra? Me parece que esas son preguntas fundamentales. Esto no lo hacemos por obligación ni tampoco porque nos pagan. La invitación es hacia la construcción de una vida con Sentido y esto puede tener gran proyección en el campo social.
¿Cómo es el trabajo con otras organizaciones con las que tenemos diferencias?
Nosotros siempre estamos bien dispuestos a trabajar con otras organizaciones, poniendo como condición que la metodología de acción sea la No Violencia. No esperamos que sean idénticos a nosotros. Las dificultades de trabajo en conjunto la pueden tener ellos, pero no nosotros. Nosotros nos planteamos en paridad. Si esos otros pretenden tomar todas las decisiones, no nos va a gustar. Nos gusta el estilo paritario, diverso y con buen trato.
Nosotros siempre estamos bien dispuestos a trabajar con otras organizaciones, poniendo como condición que la metodología de acción sea la No Violencia. No esperamos que sean idénticos a nosotros. Las dificultades de trabajo en conjunto la pueden tener ellos, pero no nosotros. Nosotros nos planteamos en paridad. Si esos otros pretenden tomar todas las decisiones, no nos va a gustar. Nos gusta el estilo paritario, diverso y con buen trato.
Si queremos crear conciencia, ¿por dónde partimos?
Depende de lo que uno quiera. Si quiero una vida coherente voy a trabajar en la transformación de mi vida y la de otros. No me movería con una receta. Para nosotros está la acción social, la transformación personal y también intencionamos la creación de Parques. Parques de Estudio y Reflexión.
Depende de lo que uno quiera. Si quiero una vida coherente voy a trabajar en la transformación de mi vida y la de otros. No me movería con una receta. Para nosotros está la acción social, la transformación personal y también intencionamos la creación de Parques. Parques de Estudio y Reflexión.
¿Qué son estos parques y cuál es su importancia?
Son lugares que a los humanistas nos sirven como referencias físicas de inspiración. Se puede desarrollar todo el proyecto sin un parque, pero estos lugares nos sirven para cargar baterías, encontrarnos, planificar. Hay lugares en los que no hay parques, pero sí cuentan con pequeñas salitas y eso está muy bien. Ahora por ejemplo estamos utilizando este lugar pero podríamos tener un lugar nuestro. ¿Y cómo financiamos nuestras actividades? Todas las actividades las financiamos nosotros mismos. Esto nos da independencia. Mejor sin dinero porque cuando este viene de afuera, llegan cien dólares y junto con ellos llegan cien problemas. Hemos desarrollado grandes actividades sin el financiamiento del sistema. Por ejemplo la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia.
Lo importante ahora es seguir organizándonos y dándole continuidad a todo esto. Hay muchos humanistas que están dispuestos a venir a apoyar. En todas partes hay gente que está buscando este camino.
Son lugares que a los humanistas nos sirven como referencias físicas de inspiración. Se puede desarrollar todo el proyecto sin un parque, pero estos lugares nos sirven para cargar baterías, encontrarnos, planificar. Hay lugares en los que no hay parques, pero sí cuentan con pequeñas salitas y eso está muy bien. Ahora por ejemplo estamos utilizando este lugar pero podríamos tener un lugar nuestro. ¿Y cómo financiamos nuestras actividades? Todas las actividades las financiamos nosotros mismos. Esto nos da independencia. Mejor sin dinero porque cuando este viene de afuera, llegan cien dólares y junto con ellos llegan cien problemas. Hemos desarrollado grandes actividades sin el financiamiento del sistema. Por ejemplo la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia.
Lo importante ahora es seguir organizándonos y dándole continuidad a todo esto. Hay muchos humanistas que están dispuestos a venir a apoyar. En todas partes hay gente que está buscando este camino.
¿Cuál es la posición del Humanismo con respecto al aborto y a la eutanasia?
Lo primero es poder discutir esos temas. Antes de decidir nada es importante poder conversar y discutir el tema. Nadie quiere el aborto. A nadie le gusta, pero hay millones de abortos cada año. Debe poder conversarse, sobre todo las mujeres. Doy en este punto mi opinión personal: en mi opinión es la mujer embarazada la que tiene que decidir.
Sobre la eutanasia, uno podría decir simplemente sí o no, pero eso no es suficiente. Eutanasia significa el buen morir. El humanismo aspira a una sociedad libertaria. Tal como dijimos al comienzo, el ser humano es intencional. Lo que define a lo humano es la libertad. Por esto es que rechazamos la violencia, puesto que ésta niega la libertad del otro. Para el humanismo un ser humano tiene derecho a decidir si quiere o no quiere vivir y de qué modo quiere vivir. Pero ¿tiene esa persona la libertad para poder preguntarse sobre el tema? Hay que entender la situación social que empuja a una persona a no querer vivir. Este sistema empuja a la gente a morir. Debe haber libertad para decidir pero en un contexto de justicia social.
Lo primero es poder discutir esos temas. Antes de decidir nada es importante poder conversar y discutir el tema. Nadie quiere el aborto. A nadie le gusta, pero hay millones de abortos cada año. Debe poder conversarse, sobre todo las mujeres. Doy en este punto mi opinión personal: en mi opinión es la mujer embarazada la que tiene que decidir.
Sobre la eutanasia, uno podría decir simplemente sí o no, pero eso no es suficiente. Eutanasia significa el buen morir. El humanismo aspira a una sociedad libertaria. Tal como dijimos al comienzo, el ser humano es intencional. Lo que define a lo humano es la libertad. Por esto es que rechazamos la violencia, puesto que ésta niega la libertad del otro. Para el humanismo un ser humano tiene derecho a decidir si quiere o no quiere vivir y de qué modo quiere vivir. Pero ¿tiene esa persona la libertad para poder preguntarse sobre el tema? Hay que entender la situación social que empuja a una persona a no querer vivir. Este sistema empuja a la gente a morir. Debe haber libertad para decidir pero en un contexto de justicia social.
Un Estado que tiene como base la religión, ¿puede ser un país humanista?
Hemos hablado de libertad, de no imposición. Si un Estado decide por las personas entonces las personas no son el centro. ¿Quién es el Estado para decidir por la gente? El Estado está controlado por personas. ¿Por qué ciertos ciudadanos van a decidir por otros? Nosotros aspiramos a una sociedad en la que el ser humano tenga la posibilidad de decidir. ¿Por qué no dejar que las personas hagan lo que crean que es mejor para sus vidas? Que un Estado decida por las personas es una de las más grandes formas de violencia. Entonces un Estado que tiene como base la religión puede perfectamente ser un país humanista pero siempre y cuando no imponga nada y permita la total libertad religiosa a todos los habitantes.
Hemos hablado de libertad, de no imposición. Si un Estado decide por las personas entonces las personas no son el centro. ¿Quién es el Estado para decidir por la gente? El Estado está controlado por personas. ¿Por qué ciertos ciudadanos van a decidir por otros? Nosotros aspiramos a una sociedad en la que el ser humano tenga la posibilidad de decidir. ¿Por qué no dejar que las personas hagan lo que crean que es mejor para sus vidas? Que un Estado decida por las personas es una de las más grandes formas de violencia. Entonces un Estado que tiene como base la religión puede perfectamente ser un país humanista pero siempre y cuando no imponga nada y permita la total libertad religiosa a todos los habitantes.
¿Es violento difundir la propia religión?
Tú puedes transmitir tus ideas pero no imponerlas. Puedes transmitirlas si para ti están bien. Pero también me tienes que dar a mí la libertad de elegir si quiero tomar tus ideas o no.
Tú puedes transmitir tus ideas pero no imponerlas. Puedes transmitirlas si para ti están bien. Pero también me tienes que dar a mí la libertad de elegir si quiero tomar tus ideas o no.
La reunión terminó con un intercambio en el que los asistentes nos describieron la situación actual de Egipto, en la cual los jóvenes se sienten protagonistas del cambio. Finalmente acordaron reunirse semanalmente para profundizar en estos temas e intentar fijar posiciones y emprender acciones conjuntas frente a los hechos que se están sucediendo a gran velocidad en Egipto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario